Hoy
rendimos homenaje a cada trabajador venezolano que, con esfuerzo y dedicación,
enfrenta los desafíos diarios en busca del sustento para sus familias. En un
país marcado por discordias políticas y dificultades económicas, ustedes son el
corazón que late con esperanza y perseverancia.
A
esos hombres y mujeres que salen de sol a sol, que luchan por un futuro mejor,
les reconocemos como los verdaderos forjadores del porvenir. Su labor, aunque
muchas veces no satisface todas sus necesidades, es el pilar sobre el cual se
construye la dignidad y la fortaleza de nuestra nación.
Pedimos
a Dios Todopoderoso y a nuestra Santa Patrona, la Virgen de Coromoto, que
iluminen el camino hacia la paz, la concordia y la justicia. Que guíen a los
líderes nacionales e internacionales para que encuentren la senda de la
felicidad y la prosperidad para nuestra Venezuela.
Hoy
celebramos no solo su trabajo, sino también su espíritu inquebrantable. Ustedes
son hijos, padres, hermanos, y su esfuerzo diario es el cimiento de nuestras
familias y nuestra sociedad.
¡Que
este día sea un recordatorio de su valía y un llamado a la unión y la
esperanza!
Feliz
día del trabajador.